El Salvador, conocido por sus playas de clase mundial y su vibrante cultura, también está emergiendo como un destino clave para el ecoturismo y el turismo sostenible en Centroamérica. Aunque pequeño en extensión, este país ofrece una impresionante variedad de paisajes naturales y experiencias ecológicas que están siendo cada vez más valoradas por viajeros conscientes del medio ambiente.
El ecoturismo va más allá de visitar paisajes bonitos. Se trata de viajar con un enfoque responsable: minimizar el impacto ambiental, respetar la cultura local y contribuir al desarrollo económico de las comunidades anfitrionas. En El Salvador, este tipo de turismo ha cobrado fuerza como una forma de proteger sus riquezas naturales y al mismo tiempo empoderar a comunidades rurales.
Ubicado en el occidente del país, este parque es el área natural protegida más grande de El Salvador. Es hogar de más de 500 especies de plantas, mamíferos como el tigrillo y aves endémicas. Senderos guiados ofrecen una experiencia de inmersión total en el bosque tropical.
Un humedal declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, ideal para el avistamiento de aves migratorias, manglares y programas de conservación de tortugas marinas. Organizaciones locales ofrecen tours responsables en kayak y actividades de educación ambiental.
Este corredor turístico es famoso por sus pueblos pintorescos, cafetales y mercados artesanales. Muchos hospedajes aquí aplican prácticas sostenibles, como energía solar y reciclaje, y promueven el contacto directo con productores locales.
Varios proyectos en El Salvador integran a las comunidades en el desarrollo turístico. Por ejemplo, en Perquín (departamento de Morazán), antiguos combatientes del conflicto armado ahora guían a turistas por senderos históricos y naturales, ofreciendo una perspectiva única y humana. También en zonas costeras como El Cuco, cooperativas de pescadores lideran iniciativas de turismo marino responsable.
A pesar de los retos ambientales y sociales, El Salvador avanza con pasos firmes hacia un modelo turístico más justo y sustentable. Gracias al compromiso de comunidades, ONGs y emprendedores verdes, el país se posiciona como un destino ideal para quienes buscan algo más que sol y playa: una conexión auténtica con la naturaleza y las personas.